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Política

Argentina desató un contrapunto diplomático entre China y EE.UU por la base espacial de Neuquén

La diplomacia argentina planteó en la ONU la necesidad de controlar las bases espaciales para que intercepten satélites; hubo apoyo de Washington pero China se opuso

21/10/2018

La dura pulseada entre Washington y Beijing no se limita al plano comercial. Un insólito cortocicuito diplomático entre China y Estados Unidos desató la la Argentina en la Comisión Permanente de Desarme de Naciones Unidas al sugerir que las estaciones espaciales diseminadas en todo el mundo sean sometidas a un rígido sistema para evitar la intercepción de satélites.

El origen de esta polémica, en el caso de nuestro país, tiene nombre y apellido: la base de avistaje lunar que el gobierno de Xi Jinping instaló desde el 2015 en Neuquén y que la administración de Donald Trump ya alertó en reserva sobre su eventual uso dualy su posible potencialidad para interceptar satélites.

El entredicho diplomático de Washington y Beijng ocurrió el 11 de septiembre pasado en Ginebra pero sólo se conoció la semana pasada cuando un grupo de legisladores argentinos del oficialismo y la oposición, liderado por el presidente provisional del Senado Federico Pinedo, visitó las dependencias de Naciones Unidas en Suiza.

Durante la reunión anual de la Comisión Permanente para el Desarme de la ONU se dio el cruce entre China y Estados Unidos, promovido inusitadamente por Argentina. Según consta en las actas de esa conferencia, a las que accedió Infobae, y que se titulan bajo el rótulo "Prevención de una carrera de armamentos en el espacio exterior", la delegación argentina que encabeza el embajador Carlos Foradori planteó la necesidad de acordar un programa de prevención y limitación a las estaciones espaciales por su eventual potencial para interceptar satélites.

La preocupación tanto de Estados Unidos como de algunos países europeos sobre el eventual uso militar de la base de China en Neuquén viene de arrastre. Cuando llegó al poder en el 2016, Mauricio Macri exigió a la administración de Xi Jinping firmar un anexo al acuerdo que había sellado Cristina Kirchner para avalar esa base sólo bajo la taxativa prerrogativa de que sea para "uso pacífico". La estación situada en la localidad de Bajada del Agrio sobre 200 hectáreas manejadas y controladas por el Ejército Popular de Chinatiene una excensión impositiva a 50 años ya estaba en funciones por lo que China aceptó firmar esa adenda pedida por Macri.

Sin embargo, tanto el gobierno de Trump como de algunos países europeos plantean que la base de Neuquén podría interceptar satélites en el futuro inmediato por medio de la antena de más de 70 metros allí instalada.

Si bien la base de Neuquén no es la única estación espacial en el mundo que podría tener un uso dual, el tema surgió solapadamente y sin que la Argentina diera un nombre concreto alguno durante el debate de la ONU en Ginebra. Hubo una larga discusión de más de 45 minutos sobre el tema.

La propuesta argentina

La delegación argentina propuso la necesidad de imponer restricciones de desarme a las bases espaciales. Los delgados diplomáticos de Estados Unidos y el Reino Unido avalaron la iniciativa argentina. Pero se planteó una férrea oposición de China avalada por Rusia.

En el punto II, 7 del acta de esa reunión y bajo el título de "Amenazas" se dejó en claro que "algunas delegaciones expresaron la grave preocupación por la búsqueda y el uso de sistemas (ASAT) con capacidades". Para ello, se planteó "prevenir el desarrollo y prueba de esas capacidades incluyendo a aquellos con base terrestre como una cuestión de urgencia".

Así, se alertó sobre "el uso de esas bases espaciales que podrían crear nubes de paredes de larga duración que podrían afectar en el largo plazo la sustentabilidad de esas actividades del espacio exterior".

Los delegados de Estados Unidos y el Reino Unido sostuvieron como "amenazas" el "atasco, cegamiento, colisión como arma" de los satélites interceptados desde bases espaciales. También hubo expertos de esos países que allí mencionaron el uso de la"guerra electrónica" al evaluar que los satélites pueden verse afectados en su funcionamiento por el uso de rayos láser para dañar los sensores ópticos y la posibilidad de que se usen objetos espaciales de servicio por satélite para mover o dañar objetos espaciales.

También quedó plasmado en el acta de ese debate que "la tecnología detrás de al menos algunas bases espaciales son de doble uso por naturaleza. Hay sistemas que tienen usos legítimos, beneficiosos pero que también son inherentemente capaces de ser utilizados para interferir con el espacio de otros operadores de sistemas".

Según comentaron a Infobae fuentes diplomáticas que estuvieron en Ginebra durante ese debate, la delegación de la Argentina solicitó que se añadiera en el informe de la Comisión Permanente de Desarme una referencia "relativa a la necesidad de prevenir el desarrollo de capacidades de observación desde una base terrestre susceptibles de ser utilizadas con propósitos antisatélites".