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Arte y Espectáculos

El Teatro Negro de Praga regresa con su fábrica de ilusiones

Se presentan con Las aventuras de Fausto, obra que recorrió todo el mundo

09/05/2017

Crear un mundo de fantasía que estimule la imaginación del espectador. Ése es el propósito central del trabajo del Teatro Negro de Praga, que llega de nuevo a la Argentina con Las aventuras de Fausto, un espectáculo inspirado en el clásico de Goethe con el que la compañía viene recorriendo el mundo, presentándolo en más de 4000 funciones. Se lo puede ver hoy, a las 21, en el teatro Ópera. Y el domingo llegará al Quality Espacio de Córdoba.

"Es una versión humorística, incluso paródica de la obra de Goethe. La idea es que pueda disfrutarlo toda la familia. Los niños también son destinatarios de esta obra", dice Bob Dufek, director en los últimos veinte años de esta compañía, nacida en 1963. "Seguimos fieles a la tradición, con los mismos trucos, sin introducir nuevas tecnologías", agrega.

El Teatro Negro de Praga incorpora una antigua técnica escénica (la caja negra, desarrollada primero en China y luego por el cineasta francés Georges Méliès a principios del siglo XX). Los actores, íntegramente vestidos de negro, manipulan objetos teñidos de colores fluorescentes que brillan en la oscuridad. En su momento, el famoso actor, director y pedagogo ruso Konstantín Stanislavski la usó como recurso en el montaje de sus propias obras.

"Intentamos crear otro mundo -señala Dufek-. La realidad es lo suficientemente deprimente, entonces nos ha parecido necesario proponer una alternativa. No es una idea nueva, claro: el teatro negro tiene dos mil años de historia. Nosotros sostenemos esa tradición, seguimos apostando a la magia de esta técnica. Lo que nos distingue es nuestra idiosincrasia. Los checos tenemos un humor muy particular y también una historia rica en términos culturales: Kafka en la literatura y Dvorak en la música, por citar dos ejemplos."

Desde su nacimiento hasta hoy, el Teatro Negro de Praga ha ido perfeccionando el uso de luces, sombras, mímica y acrobacia. La palabra siempre está ausente, una característica que en los tiempos del régimen comunista se convirtió en estrategia válida para comunicarse con el resto del mundo a través de un idioma universal: "No se podía hablar demasiado en aquella época -confirma Dufek-. Y tampoco había mucho intercambio con extranjeros, porque casi no había turismo en nuestro país. Así que creamos un lenguaje propio. Nuestra fortaleza son las ideas, más que el despliegue tecnológico. En ese sentido, podría decir que somos conservadores. Pero nuestra meta es ante todo la comunicación con el otro".

Luego de la experiencia acumulada a lo largo de tantos años de girar por el mundo, Dufek asegura, como tantos otros artistas que han pasado por aquí, que el público argentino tiene características especiales: "En general, los latinos son más intensos que los europeos, siempre un poco más fríos. En la Argentina la gente es muy demostrativa, nos sorprende la duración de los aplausos cada vez que venimos. Nos encanta que sean tan abiertos. Y también nos encanta el tango".

 

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